El próximo 7 de mayo de 2019 se celebra el Día Mundial del Asma, que como cada año tiene lugar el primer martes del mes de mayo. Es un evento anual organizado por la Iniciativa Global para el Asma (GINA) para concienciar a la población de las cargas que supone dicha enfermedad a quien la padece y cómo conseguir una vida sana y sin limitaciones.
El primer Día Mundial del Asma se celebró en 1998, en más de 35 países conjuntamente, con la primera Reunión Mundial sobre el Asma realizada en Barcelona. La participación ha aumentado y ese día, desde entonces, se ha convertido en uno de los eventos de educación y concienciación sobre el asma más importantes del mundo.
Este año, la GINA utiliza la palabra STOP con su símbolo internacional para indicarnos que hay que parar el asma. La palabra STOP está compuesta por las siglas de una serie de palabras que dan las claves de cómo se puede parar o controlar el asma:
S: Síntomas. Evaluar y valorar los síntomas.
T: Testar la respuesta que se obtiene con la medicación y medidas ambientales.
O: Observar y evaluar al paciente de forma continuada.
P: Proceder a ajustar el tratamiento y las medidas de control ambiental.
Por lo tanto, tras valorar los síntomas que un paciente asmático presenta, debemos tratar al paciente y observar de forma continuada, por si precisa ajustar el tratamiento.
STOP for Asthma! ¡Paremos el asma!. El objetivo del tratamiento es “estar asintomático tanto de día como de noche, no precisar tratamientos de rescate, poder realizar una vida normal y activa, sin limitaciones y sin presentar ataques de asma”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que en la actualidad hay aproximadamente 235 millones de personas que padecen asma en el mundo. El asma es la enfermedad crónica más frecuente en los niños, y está presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo. Más del 80% de las muertes por asma tienen lugar en países con ingresos medios-bajos. A menudo el asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado, creando así una importante carga para los pacientes y sus familias, y pudiendo limitar la actividad física del paciente durante toda su vida. Con todos estos datos, no cabe duda de que cualquier momento es bueno para PONER FRENO AL ASMA.
Dra. Silvia Sánchez Cuéllar. Médico Adjunto de Neumología del Hospital Universitario Infanta Leonor. Coordinadora del Grupo de Trabajo de Asma de Neumomadrid.
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